jueves, 26 de abril de 2012

Articulo de opinion


la cumbre de las américas

El próximo mes de abril se realizará en Cartagena la Sexta Cumbre de las Américas, el evento
internacional más importante del hemisferio y quizás  el  más importante  en la historia diplomática
reciente del país. La Cumbre estará marcada por una agitada coyuntura política: por un lado varios
países reclaman reformas de fondo en la Organización de Estado Americanos -OEA-, y por el otro, los
Presidentes de los  Estados Unidos y Venezuela pueden convertir la Cumbre  en un espacio de
confrontación política. En contraste el gobierno colombiano, fungiendo de anfitrión, amplia los
espacios de participación de los actores sociales pluralizando y visibilizando el debate.

El golpe de contra Manuel Zelaya, el  pésimo  manejo  de la crisis colombo-venezolana, y el
constreñimiento de la libertad de expresión y prensa en el Continente, son algunos de los temas que han
superado la vetusta institucionalidad de la OEA. Cabe recordar que las Cumbres de las Américas son el
espacio natural de la  organización hemisférica,  no  obstante la Cumbre de Cartagena será la primera
desde la constitución de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños -CELAC- la cual
amenaza con desplazarla OEA como foro político, con la diferencia que marginaliza la participación y
hegemonía de EEUU y Canadá.

Por otro lado son muchas las cosas que han cambiado desde la Cumbre de Puerto España, 2009. El
presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, dejó de ser  visto como el símbolo  del cambio y
enfrenta una relección con el desencanto de las promesas rotas y las expectativas no cumplidas ante una
comunidad latina cada vez más influyente. Por su parte el Presidente de los venezolanos Hugo Chávez,
aún convaleciente, tiene que justificar internacional los valores democráticos de una revolución,  que
cumple trece años en el poder, el próximo 2 de febrero, y que aspira a la segunda relección. Ahora bien,
a pesar que el Ejecutivo norteamericano juega un papel bastante flemático frente al venezolano, no se
descartar la posibilidad que la Cumbre se convierta en el espacio internacional para sentar posiciones
de cara a la coyuntura electoral de ambos Presidentes.

En contraste la Cancillería colombiana ha realizado un gran esfuerzo por fijar una agenda y temática
“desarrollable” en un marco político tan agitado. Ante la avalancha de temas complicados como la
lucha contra criminalidad, la corrupción y el narcotráfico, como Estado que preside, Colombia ha
propuesto unos temas trasversales y concretos para el hemisferio: la Integración Física Hemisférica y la
Cooperación Solidaria como ejes centrales y cuatro subtemas complementarios. Lo realmente novedoso
es la ampliación de espacios de participación de los actores sociales en la formulación de propuestas y
visiones de cara a la Cumbre de Cartagena.

Así como Colombia en su momento y a presar de la difícil situación interna se convirtió en el escenario
de gestación de la OEA, aquel trémulo 9 de abril de 1948, en abril del presente año tiene como reto
armonizar dos realidades: por un lado un contexto político delicado y urgido de acciones concretas a
nivel de Gobiernos y Estados, y por el otro la participación de actores sociales interesados en temas
concretos como la Integración Física Hemisférica que demanda de los Estados avances materiales ante
una realidad de interconexión global que atropella a la región.



Jherson Rodriguez  42


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